Si bien, son muchos los beneficios que nos proporciona la práctica de cualquier actividad física, sobre ello existen algunos interrogantes o mitos que debes tener en cuenta al momento de habituarte a un deporte.
¿Hacer deporte aumenta el apetito?
Falso, el efecto que se logra es el contrario. Hacer ejercicio físico reduce el apetito, ya que aumenta la amilina en la sangre y ésta provoca que la sensación de hambre se reduzca. Cuando se realiza ejercicio aeróbico (andar en bicicleta, correr, caminar) aumenta el bombeo de sangre, lo cual actúa reduciendo los niveles de grelina (hormona que estimula el apetito), y incrementa los niveles de péptido YY (hormona que estimula el centro de saciedad). Un estudio ha afirmado que correr aumenta la sensibilidad a la leptina, que es eliminada por las células grasas y se encarga de avisar al cuerpo cuándo ha llegado el momento de dejar de comer. Teniendo en cuenta esta información, existen formas por las cuales puedes sacar provecho del estímulo del centro de saciedad, y evitar el consumo excesivo de alimentos si sientes hambre.
Si sientes fatiga tras el ejercicio físico, puedes tener a mano alimentos con índice glucémico bajo (frutas, verduras, pollo, pescado, etc), que te permitan consumir algo pero que no aporten demasiadas calorías.
Aunque pensemos que haciendo ejercicio por la mañana éste será más eficaz y conseguiremos perder más kilos, lo cierto es que se queman las mismas calorías a primera hora de la mañana que por la tarde. De hecho, por las mañanas el rendimiento físico suele verse reducido porque la temperatura corporal está en su momento más bajo igual que los niveles de vitalidad, pues no tenemos la misma energía que a mitad del día. Pero siempre puedes elegir el horario que más se adapte a tu día a día.
¿Si dejas de hacer deporte el músculo se transforma en grasa?
Este mito tan extendido y que muchos tenemos muy asimilado, es completamente falso. Lo que sí hace el ejercicio físico asiduo es ordenar a las células madre que se transformen en hueso en lugar de formar grasa, puesto que en la médula del hueso se forman las células sanguíneas, ejercitarnos aumenta el número de glóbulos rojos que circulan por nuestras arterias llevando oxígeno y nutrientes a todos los tejidos. Por el contrario, llevando una vida sedentaria la médula ósea se llena de grasa y es más fácil padecer anemia.
El ejercicio físico es imprescindible para la salud y más si necesitas perder peso. Por ello, no te desalientes si sientes hambre los primeros tiempos y aprovecha los beneficios saciantes que te permitirán comer menos.
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