Recientes estudios
han concluido que los adultos con un IMC superior a 30 son más propensos a ser
diagnosticados con la enfermedad cardíaca coronaria (CHD), hipertensión,
accidente cerebrovascular, el colesterol alto, gota, artrosis, insomnio, asma,
enfermedades de la piel y algunos tipos de cáncer, frente a los adultos con
peso normal.
La obesidad es un
factor causal importante en la diabetes tipo 2, el cual complica la gestión de
la enfermedad, haciendo que el tratamiento sea menos efectivo.
Igualmente, la
obesidad puede desencadenar trastornos psicológicos que incluyen la depresión,
trastornos de la alimentación, la imagen corporal distorsionada y baja
autoestima, entre otros. Investigadores pertenecientes a la Universidad de
Wisconsin-Madison y David A. Kats, evaluaron
la calidad de vida de 2,931 pacientes con enfermedades crónicas como la
obesidad, encontrando que la depresión clínica era mayor en los participantes obesos
(IMC superior a 35).
Otros estudio, han
indicado que la depresión clínicamente relevante se presenta tres a cuatro veces mayor en individuos gravemente
obesos en comparación con individuos no
obesos. Como concluyó la profesora Marianne Sullivan "La depresión en un
nivel que indica la morbilidad psiquiátrica, se presenta con más frecuencia en
las personas obesas".
En estudio realizado
por Robert E. Roberts, PhD., y sus colegas de la Universidad de Texas Health
Science Center en Houston, recopilaron datos sobre 2,123 participantes residentes
en el Condado de Alameda. Para la presente investigación se tuvieron en cuenta
factores como la clase social, el apoyo social, las condiciones médicas
crónicas y eventos de la vida en general del estudiado. En dicha indagación se concluyó
que "la obesidad al inicio del estudio se asoció con un mayor riesgo de
depresión hasta cinco años después, pero que la premisa al contrario no era
cierta, puesto que la depresión por si sola no aumento el riesgo de obesidad futura”.
Algunos de los
datos comunes en dichas investigaciones indican que los casos en los que se
presentan atrancones explican al menos en parte, la relación observada entre la
obesidad y la depresión, debido a que al comer en exceso puede contribuir al aumento de
peso y la obesidad, que a su vez, puede afectar negativamente el estado de
ánimo del individuo. Por otra parte, los episodios recurrentes de atrancones de
comida son muy desagradables para quienes las sufren, y pueden poner a la
persona en mayor riesgo de depresión clínica.
Es importante, ser consciente y tener control a la
hora de adoptar los hábitos de alimentación, ingerir alimentos balanceados y realizar actividad física que ayuda no sólo a mejorar la calidad de vida sino también
a mantener una excelente salud mental. Sabemos que en muchos casos el paciente
por si sólo carece de herramientas para enfrentar los momentos de ansiedad, por
ello reiteramos que la BGV-Aequilibrium es un tratamiento 100% psicológico que
se amolda a las diversas necesidades del paciente en búsqueda de alcanzar su
equilibrio físico y psicológico. Muchas personas ya lo han logrado, es hora de
que des tu gran paso, comunícate con nosotros.
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