Sentirse superior o inferior es una cuestión que va directamente
ligada con la autoestima, su formación es producto de un proceso que inicia
desde la niñez y se entrelaza con las pautas sociales adquiridas desde el
mismo momento en que se muestran signos de entendimiento.
Algunas personas que han sufrido burlas, maltratos, desprecios en
la infancia, y que al ser adultos se sienten minimizados, pueden comenzar a
crear una realidad que les permite ser menos vulnerables. Convirtiéndolos en
muchas oportunidades en padres sobreprotectores
con muestras de mucho apoyo y afecto para así poder robustecer la imagen que
tienen de ellos mismos.
En muchos casos, cuando los padres son muy autoritarios e
inflexibles generan una tensión en sus hijos que se manifiesta claramente en sentimientos
de frustración, inseguridad y malestar. Lo mismo les pasa a aquellas personas
que desde pequeños les inculcan que deben portarse “a la altura’’ ya sea porque su estrato social y económico se los exige ó porque pertenecen a familias
idealizadas y que ejercen coerción a sus miembros, estas condiciones también
someten al ser humano a vivir bajo presión, donde si no se cumplen los requisitos
de esa sociedad experimentarán unos rasgos de personalidad que pueden
desembocar en una baja autoestima, llevándolos a tener sentimientos de
inferioridad o superioridad.
¿Inferioridad o Superioridad? Aunque son diferentes, la realidad
es que estos dos complejos comparten una misma causa “El Rechazo” (en mayor o
menor grado) estos individuos están dados a la idealización de su persona y
tratando de comportarse como alguien totalmente diferente alimentan
sentimientos de angustia, dolor, vergüenza y falta de ánimo; pueden
desencadenar en tendencias depresivas, estados cambiantes de humor o por el
contrario delirios de grandeza, pero lo que más les preocupa es perder el
control de la situación porque sienten un miedo terrible a que ello pase, pues
saben que no están a gusto ni con ellos mismos.
Los rasgos detrás del delirio: A estas personas se les conoce
desde su manera de mirar, comportarse y tratar a los demás, con sus ademanes
displicentes que hacen ver a sus compañeros como si fueran objetos de estudio de
laboratorio. Son personas arrogantes, vanidosas y excesivamente preocupadas por
el qué dirán, además suelen ser compañeros muy exigentes y difíciles de
complacer, las personas con delirio de grandeza suelen carcajearse
constantemente en público y convertir cualquier conversación en la oportunidad
perfecta de hablar de sí mismos. Por ello se debe mostrar mucho tacto y
diplomacia si queremos hacerles entender que están equivocados, pues de lo
contrario piensan que le tienes envidia y por eso quieres que cambien.
No te dejes confundir todo aquel que necesite exhibir con
cualquier tipo de alardes su superioridad, trae por demás un montón de inseguridades.
Sin embargo, no se puede afirmar que todas las personas con características de prepotencia
o creídos padecen este complejo, pero sí se puede decir que su personalidad sufre
algún tipo de distorsión.
Hoy en día hay diversos tratamientos psicológicos que pueden
ayudar a cambiar tu vida, de manera que logres dejar atrás los dolores, miedos,
temores, rencores, etc., todos esos sentimientos que lo único que hacen es
hundirte impidiéndote ser realmente feliz. Si deseas cambiar y necesitas
conocer el camino, en Aequilibrium estamos
para acompañarte en tu búsqueda hacia la felicidad.
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