Mitomanía y Obesidad

Existen personas para quienes las mentiras son parte de su vida, viéndolas como la única herramienta que les permite conseguir prestigio, simular éxito, mejorar su imagen, agradar y manipular a otros, obtener cariño y, lo más importante, evadir los sentimientos de desprecio y la falta de aceptación propia; ya que su constante vivir está asentado en un conflicto instintivo ambiguo y permanente de autoconservación y destrucción.

La mentira es un fenómeno de defensa natural relacionado directamente con la incapacidad intelectual y racional del individuo, su desarrollo psicosexual y emocional; no tiene edad y puede presentarse en cualquier ciclo de la vida.

El mitómano  es un ser inseguro, egoísta, irresponsable o inmaduro que miente de manera sistemática, creando un mundo irreal o adulterado que lo lleva en muchas oportunidades a perder todo lo que lo rodea, siendo rechazado, aislado del ámbito familiar, social y laboral, y en algunos casos colocando en peligro a los que más quiere.

El mitómano es una persona que no se siente a gusto con su vida, y utiliza la mentira como un medio para modificar su realidad. En muchos casos, durante su infancia, le fue celebrada su capacidad de imaginación y engaño como sinónimo de inteligencia y astucia. De allí la importancia de enseñarle al menor la verdad como valor y proporcionarle herramientas de vida que lo ayuden a enfrentar la frustración, miedo, y otros.

La persona mitómana, ante su temor de ser descubierto, su conflicto interno entre parar y seguir, los constantes reclamos de sus víctimas, su baja autoestima y su carencia de aceptación, entre muchos otros sentimientos que vive a diario, enfrenta episodios de ansiedad, los cuales en muchos individuos se evidencian en sus malos hábitos de alimentación.

Sin embargo, a la hora de determinar el sentido de la relación mitomanía-obesidad, puede presentarse que la obesidad induzca a la mitomanía, o bien la relación inversa: un trastorno del ánimo relacionado con las mentiras podría llevar a aumentar de peso. Esta relación incluso produce en muchos casos una retroalimentación que incrementa gradualmente y a la par las mentiras y la obesidad; ello puesto que ante el rechazo de sí mismo, el mitómano cada vez busca ocultarse más ante los otros.

Mi experiencia en este tipo de casos me demuestra que con el apoyo de un especialista y la voluntad del paciente, se pueden generar cambios en la manera de reaccionar, y en sus hábitos de vida en general. Transformando no sólo su vida física sino también emocional.

El tratamiento de la BGV- Aequilibrium, al tener en cuenta los factores psicológicos de las personas, permite tratar con éxito este tipo de casos.


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