Como afirmo en mis conferencias, nadie sabe qué se siente ser
obeso sino lo ha sido. Alrededor de las personas de peso pesado se han tejido
varios mitos como son: la chispa de la fiesta, no hay gordita de cara fea, son
tan tiernos que provoca abrazarlos, etc.
La realidad es que el ser obeso genera grandes repercusiones
no sólo físicas, psicológicas, sociales sino también laborales.
Muchas personas que tienen sobrepeso están constantemente en
el ojo del huracán, en la mira desaprobatoria de la familia, de la pareja,
amigos y compañeros de oficina y, para colmo, de los comentarios destructivos o
críticas de desconocidos.
El constante juicio de los otros hacia la persona obesa esta
incitado por la creencia errada de que se es obeso por la falta de disciplina o
voluntad de la persona. Es como si tuvieran la seguridad de que se es obeso
porque se quiere estar así.
La realidad es otra, gran parte de las personas con sobrepeso
se sienten avergonzadas, auto-decepcionadas; los autocastigos y privaciones son
actos diarios, algunos de mis pacientes afirman:
Irma de 32 años (paciente México) en una de las sesiones
afirma “me duele sentir que mi familia se avergüenza de estar conmigo cuando
viajamos y tenemos que tomar un avión, mis caderas son muy grandes para la silla
asignada y en más de una oportunidad nos ha tocado pagar por dos plazas”
Paloma de 22 años (paciente Perú), evita salir a una
discoteca aunque le encanta bailar. Se priva de hacerlo porque el bailar hace
que aumente el dolor en sus pies a causa del gran peso que soportan y se siente
mal al tener que permanecer gran parte de la noche sentada.
Sofia de 22 años (paciente Colombia), su sueño es aprender a
nadar pero el no querer que nadie la vea en vestido de baño congela la
posibilidad de enfrentar sus temores.
Danielle de 35 años (paciente México) desde que comenzó a
ganar peso se dio inicio a la ruptura de pareja, el alto nivel de sus ronquidos
impide que su pareja Paul esté a gusto durmiendo a su lado. “Es triste y siento
que ya no se siente feliz estando a mi lado,… me duele que se burle de mis
ronquidos,… me da ira que no duerma en la alcoba… siento que mi matrimonio está
a punto de terminar a causa del sobrepeso, de no poder parar de comer”
Las diversas experiencias negativas que vive una persona con
sobrepeso, de manera frecuente pueden finalizar contribuyendo a la depresión,
aumento de ansiedad y, por obvias razones, baja autoestima.
En ocasiones, mis pacientes afirman que si tuvieran que escoger
entre vivir menos años o ser delgadas, escogerían vivir menos, porque
consideran que al no tener sobrepeso tendrían calidad de vida.
La primera vez que hablé con Jack, un joven de 29 años, (1.70
de estatura y 160 kilos) me decía con sus ojos inundados por el llanto
“prefiero ser sordo o ciego, pero no lo que soy, en lo que me he convertido: un
gordo asqueroso y feo, un inútil, un bueno para nada. Para qué vivir así, solo
en medio del desprecio y la lástima”
Para Ana (paciente Ecuador) su vida no ha sido fácil, lograr
un empleo digno se ha convertido en un imposible: “por más títulos que tenga,
no lograré ser contratada en una compañía, mi físico a causa de mi sobrepeso
siempre han sido un impedimento para progresar…. Soy un desastre…”
Michael (paciente México) “sólo he tenido una novia, Selene
me criticaba por como comía, estuve haciendo dietas inhumanas, ayunos, y sólo
lograba bajar máximo 4 o 6 kilos… entiendo que me haya dejado, se cansó y
aceptó que soy causa perdida… Selene merece alguien mejor… ¡Doctora, entienda¡
¿quién se fijaría en mí? Sólo míreme…
Cuando hablamos de obesos las personas suelen identificarlos
con palabras como “feos”, “débiles” “sin voluntad”, “lentos” y
“autocomplacientes”. Lo que es peor, algunos hablaron de relacionarlos
inconscientemente con enfermos mentales, adictos.
La verdad es que estamos frente a una problemática de salud
pública que requiere ser intervenida en los seres humanos desde la infancia,
algunas personas son obesas por malos hábitos de alimentación y una gran
mayoría por aspectos vividos en su vida como duelos, miedos adquiridos,
frustraciones, entre otros.
Lo importante es que entendamos la gravedad de esta
enfermedad, la necesidad de cambiar nuestro actuar hacia las personas obesas a
quienes les quiero decir que no están solas en la lucha contra el peso, pero
que lo primero es dejar atrás ese sentimiento de lástima y o de darse por
vencido.
¡Tú puedes! Analiza las diversas soluciones a tu problema,
pero ten claro que en este camino lo fácil puede generar falsos espejismo, que
es necesario no sólo trabajar tu cuerpo, el peso, sino tus miedos, ansiedades,
frustraciones. No haces nada en intervenir tu cuerpo si tu mente seguirá siendo
leal al comportamiento de una persona con sobrepeso.
Sandra
Milena Alvarado
Psicóloga,
máster y PhD (c) psicología
Terapeuta
BGV
smalvaradop@hotmail.com
www.aequilibrium.com.co
Tomado de www.muyfemenino.com
Enlace http://www.muyfemenino.com/index.php?option=com_content&view=frontpage&Itemid=57
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