¿El Matrimonio Engorda?


el matrimonio engordaDurante los últimos años, el aumento de peso en las personas, después de contraer matrimonio, ha sido objeto de estudio. Se ha intentado encontrar las causas o explicación del porqué sucede, con el fin de evitarlo o revertirlo. A menudo observamos las fotos de ese gran día nupcial: una novia hermosa, esbelta, con un cuerpo armonioso; imagen que no concuerda con lo que a nuestros ojos aparece en la actualidad.
Pero, ¿cuáles son las razones de este cambio tan impactante y destructivo en muchas mujeres?

1. La rutina: muchas parejas después de contraer matrimonio suelen perder esa vida activa que solían tener antes de su alianza. El trabajo, los horarios, el sedentarismo y la cotidianidad de las actividades familiares afectan directa y negativamente la relación.

2. Se renuncia a la conquista: cuidarse para atraer al sexo opuesto desaparece de los objetivos. Al contraer nupcias sentimos a nuestra pareja “asegurada”: la seguridad de tenerlo descarta muchos de los hábitos de vida saludables que mantenían el peso o figura corporal. Por ello, es usual que una vez la pareja se separa o divorcia, ambos inicien un plan de recuperación personal. Entre los planes que adoptan están: perder peso, cambiar su “look”, iniciar una vida social con la esperanza de atraer a una nueva pareja.

3. El embarazo: Un gran porcentaje de las mujeres se descuidan una vez quedan en embarazo; comienzan a comer de manera compulsiva ante el cambio de atención que generan en su pareja. Otras, comen en exceso durante este ciclo sin tener en cuenta la disminución de su actividad física, lo que se agrava ante la adopción de actos reflejos como caminar más despacio y descansar más de lo que lo hacía antes.

Adicionalmente, muchas madres gestantes ceden a los conocidos antojos de alimentos sabiendo que no son saludables.

4. Auto-renuncia: Algunas mujeres luego de dar a luz, durante la incapacidad por maternidad y hasta por mayor tiempo, renuncian a su vida laboral o académica para estar en casa y dedicarse a su familia. Esta renuncia puede convertir a la mujer en una persona menos activa y que abandona las actividades concernientes a ella.

5. Por incitación de la pareja: se presenta de dos formas

-Consciente: el compañero estimula a su pareja a que consuma más alimento del indicado, su finalidad es hacer que su compañera suba de peso y sea menos atractiva para el sexo opuesto, o cuando por tener peso de más, cree que haciendo que la otra persona también gane peso evitará que se ocupe de él.

-Inconsciente: Cuando el compañero interfiere negativamente ante los esfuerzos de perder peso de su pareja, obsequiándole detalles tentadores como chocolates; iniciando discusiones por descuidar a los hijos o dedicarle mucho tiempo a su ejercicio, dichas conductas están motivadas por celos o temor de perder a su consorte.

6. Barriga llena…: Caemos en falsos mitos que inconscientemente llevamos a nuestra vida que inducen que la mujer cocine por la gratificación y amor a su pareja.

Este aspecto es muy relevante en el hombre, ya que muchas mujeres culpan a su compañero ante su ausencia por sus viajes o compromisos laborales. Frases como estas son usuales: “he trabajado todo el día para tenerte la cena, y tú…?” o la norma maternal “…será mejor que te lo comas todo, ¿o es que ya comiste?”. Ellas consideran que si su compañero se come todo y repite, le está demostrando lo mucho que la quiere. Este numeral se asocia con el factor del numeral 7.

7. Por amor…: Cuando ante un matrimonio infeliz se recurre a la comida en busca de consuelo o para llenar esos vacíos afectivos. Generalmente, tenemos incorporado desde pequeños en nuestro inconsciente que el amor y la comida se relacionan (la mamá le dice a la niña “a ver Natalia… por la tía Gloría, ¡tía Gloría mira a la nena como te quiere!” y Natalia come aunque no desea, para demostrarle a la tía Gloria que es importante para ella).

8. Al final mamá o papá: Nos convertimos en la cesta de basura o llegada final de residuos cariñosos de los platos de uno o varios miembros del hogar.

Puede acentuarse por sentirnos:

-Pecadores: ronda por la cabeza la idea “tantos niños con hambre y que pecado, nosotros botando la comida”

-Irresponsables: “lo que se empieza se termina”, “a ver, hasta que quede vacío el plato, porque aquí no hay perros para las sobras”

-Culpables: “como está de cara la comida y nosotros botándola”

9. Somos iguales: Iniciamos un nuevo hábito; servirnos en iguales proporciones y cantidades que a nuestro compañero, sin tener en cuenta que tenemos contextura, necesidades corporales y de consumo de calorías diferente.

10. Malas elecciones: Ponemos por encima de nuestra salud las preferencias alimentarias de nuestro conyugue o hijos. Presentándose la ingesta de gaseosas, alimentos freídos y apanados (poco saludables), o malos hábitos en la cena (como horarios, cantidades, etc.).

11. Baja Autoestima: Comenzamos a sentir episodios de ansiedad que sólo finalizan con altas ingestas de comida. Se presentan al experimentar la sensación de no merecer ser felices, de sentirse despreciadas, rechazadas y no queridas.

12. La picadita: Adquieren el hábito de servir poco en su plato, hasta el punto de que los demás le dicen “te serviste poco” y responden “no tengo hambre”. Este es el caso de muchas mujeres como Ángela, a quienes les apasiona la gastronomía, pero su apreciación de cocinar y de consumir bocados mientras lo hace, es la misma cosa. Al final terminan comiendo mucho más que una porción normal de su plato.

Como observamos, no es la convivencia la que genera el sobrepeso en las personas, sino la adopción de nuevos hábitos no saludables, aspectos psicológicos no resueltos o conflictos latentes en la convivencia.

Por ello es importante:

-Involucrar a toda la familia en el proceso de bajar su sobrepeso; los cambios de hábitos deben ser acogidos por todos.

-Explicar que perder peso no es sólo lo estético, sino que, lo realmente importante, es la salud física y mental.

-Resaltar constantemente a su pareja lo importante que es para usted su apoyo y lo feliz que es al saber que cuenta con él.

-Ante el reconocimiento de inconvenientes emocionales recurra a un profesional en la materia.

Un punto adicional es entender que bajar de peso es importante, pero no supera el que puedas transformar tu vida y la relación con los demás.

Sé feliz ahora, empieza por tomar la decisión.


Sandra Milena Alvarado
Psicóloga, máster y PhD (c) psicología
Terapeuta BGV
smalvaradop@hotmail.com
www.aequilibrium.com.co


Tomado de www.muyfemenino.com
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