¡SOY ADICTO A LA COMIDA

Hace unas semanas conocí en consulta a Santiago, un joven profesional de 27 años, quien desde los 10 años no se recuerda así mismo nunca delgado. De hecho, para todo su círculo de amistades es reconocido como el Señor Barriga.

Quiere que entienda su vida de permanentes sufrimientos, al enfrentarse con el querer y preocupación de su familia cuando interfieren con la calidad o cantidad de comida que se sirve en una fiesta o reunión.... ¿no crees que es mucho?, ¿eres un débil?, ¡Proponte y verás que lo logras!, ¿Eres un flojo?... 

Siente que lo ven como el pobre sin voluntad que es incapaces de controlar su gula, su ansiedad, sus necesidades. Se siente menospreciado, castigado con la burla y discriminado. No se explica por qué los demás piensan que el es obeso, por qué no hace ningún esfuerzo y creen que es así como quiere estar. 

Salen de sus ojos varias lagrimas, para acentuar que es falso, …."lo he tratado todo, TODO. Dietas, tratamientos de adelgazamiento, acupuntura, malla  lingual, pastillas. He tenido el balon gástrico, bajo de peso pero vuelvo a recuperar los kilos pérdidos... No quiero ser gordo, deseo tener energía para caminar, poder sentirme aceptado, valorado y no pensar que me tienen lástima...."

Retomo parte de la situación de mi paciente, para hablar de la obesidad como enfermedad adictiva en la mayoría de los casos, la cual al igual que la ludopatía, activa las glándulas que producen un estado de euforia artificial y efímero, un placer necesario, el cual, para la persona, es difícil de controlar. 

El cuadro que se presenta en una persona adicta a la comida es: en un instante la adrenalina sube generando en ella euforia, satisfacción, seguridad, placer. Pero la adrenalina baja y tenemos un hipoglucémico deprimido, desequilibrado el cual tiene que consumir, ingerir lo que considera para él su tabla de salvación, su remedio, lo que lo lleve de nuevo a su estado de euforia.

Sin embargo, debo aclarar que lo que provoca la adicción en el obeso no es solo el Hidrato de Carbono simple sino también el hábito de cuándo, cómo, dónde, en qué circunstancias y por qué come. 

Por lo general, las personas obesas como Santiago están acostumbradas a hacerlo de una manera determinada, en similares circunstancias, cuando se producen ciertos hechos, cuando siente ciertas emociones, cumpliendo estructuras de comportamientos aprendidas y aplicadas inconscientemente. 

Entonces no es suficiente decirle al fumador que deje de fumar, al obeso que no ingiera o consuma determinados alimentos, o al alcohólico que no beba. Lo realmente importante,  es que cada uno tenga  la firme convicción de dejar de fumar, comer o beber, que realmente quiera y que tenga motivos que lo impulsen a lograrlo. 

La Banda Gástrica Virtual -BGV-, aporta significativamente a las personas obesas, puesto que aunque una persona tenga la "firme convicción", la cual depende de la voluntad, no es suficiente, puesto que hablamos de actos u acciones contempladas desde su inconsciente. Debe trabajar en cambiar realmente sus hábitos. De lo contrario la voluntad no resiste y al primer traspié la persona vuelve a caer.

Modificar los hábitos significa cambiar los horarios de las comidas, tomarse tiempo para ejercitarse - caminar, dormir bien, trabajar para mejorar la calidad y cantidad de lo que se come, controlar los temores y la ansiedad que inciden directamente en nuestro peso. Y, según el caso, trabajar en averiguar el porqué se está haciendo daño, por qué castiga su cuerpo, qué culpa, rencor o miedo provoca su impulso incontrolable o desmedido por la comida.

La BGV es: UNA ELECCIÓN DE VIDA. 
Es un tratamiento 100% psicológico que ayuda a cambiar los hábitos alimenticios y de vida del paciente, es el camino a encontrar las respuestas ¿Por qué quiero comer? ¿Por qué tengo hambre? ¿Por qué estoy ansioso? ¿ Por qué estoy aburrida? ¿Por qué?..Y mantener una relación de placer con la comida, sin volver a experimentar la sensación de llenura sino de satisfacción.


Imagen by fuerakilos

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